jueves, 7 de marzo de 2013

ÁNGELA GARCÍA RIVES, BIBLIOTECARIA

El año pasado, coincidiendo con en esta misma fecha, 8 de marzo, os pedíamos licencia para hablar de nosotras, las mujeres que trabajamos en las bibliotecas, y afirmábamos que este hecho no se repetiría. Sin embargo, no cumpliremos nuestra palabra porque este año se cumplen 100 del ingreso de la primera mujer en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, creado en 1858, y queremos conmemorarlo.
La noticia aparece en el diario ABC del 16 de julio de 1913, en ella se dice que “después de difíciles oposiciones han ingresado en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos en la categoría de oficiales de tercer grado los señores D. …", apareciendo a continuación una larga lista de dones y aproximadamente a la mitad del texto: “la señorita Ángela García Rives”.
De Ángela, hija del bibliotecario del Senado, nacida el 2 de junio de 1891, sabemos que estudió en el Instituto del Cardenal Cisneros de Madrid, que se licenció en Filosofía y Letras y que su tesis doctoral se publicó en el año 1917 con el título: “Fernando VI y Doña Bárbara de Braganza (1748-1759): Apuntes sobre su reinado”. Este simple hecho ya es de por sí remarcable, puesto que en 1910 eran 3 las mujeres matriculadas en la Universidad de Madrid. En ese mismo año se publica una normativa en la que se permite a las mujeres licenciadas presentarse a las oposiciones convocadas por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, dado que, hasta ese momento, los títulos de licenciatura obtenidos por mujeres no habían sido válidos para ocupar ningún puesto en las administraciones públicas.
Su primer destino es la Biblioteca Pública “Jovellanos” de Gijón, en la que apenas permanece dos meses. En julio de 1914 comienza a trabajar en la Biblioteca Nacional donde desempeñará sus funciones durante 46 años hasta su jubilación en 1961, ocupándose principalmente de tareas de catalogación. Al año siguiente se le concede la Encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio.
Resulta francamente curioso el hecho de que la nuestra sea considerada una profesión principalmente femenina y sin embargo sólo hace 100 años que las mujeres desempeñan funciones técnicas en las bibliotecas. Un recuerdo agradecido pues para Ángela García Rives.