jueves, 28 de julio de 2011

Códice Calixtino: a la caza del libro antiguo

El reciente robo del manuscrito original del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela se une a una serie de expolios culturales que se han producido en los últimos tiempos entre los que podemos destacar los dos mapamundis de la edición de 1482 de la Cosmografía de Ptolomeo en la Biblioteca Nacional, el expolio sistemático a que ha sido sometida la Biblioteca Nacional de Perú en el que han desaparecido 932 libros de los fondos antiguos más valiosos (algunos volúmenes datan de los siglos XVI y XVII) o el caso menos conocido de la Biblioteca Diocesana de Zamora en el que un canónigo del lugar robó 466 obras que un librero cordobés de acuerdo con él se encargaba de vender a coleccionistas extranjeros.
En la historia de la literatura existen varios casos de bibliófilos cleptómanos. Se trata de escritores que “distraían algunos ejemplares”, siempre que la ocasión les era propicia, los cuales pasaban a tener un valor añadido por este hecho. Esta “afición” era conocida por personas de su entorno que la disculpaban por considerar que su motivación era el inmenso amor y su propósito el de acrecentar su biblioteca y sus conocimientos.Incluso hubo casos en que algún ejemplar valioso fue empeñado en épocas de penuria para poder adquirir otros libros y desempeñado posteriormente cuando los ingresos lo permitían.
La recuperación de las obras robadas es una tarea difícil, ya que la mayoría de estos robos se producen por el propio interesado o por encargo, dada la imposibilidad de venderlos.
El interés que muestran por estas obras los amigos de lo ajeno pone de manifiesto el alto valor que tiene nuestro patrimonio bibliográfico y la pobre consideración que recibe por parte de los responsables políticos, siempre escatimando medios tanto para su conservación como para su protección. La digitalización de estas joyas bibliográficas sería la solución que impediría tanto su robo como su deterioro, ya que evitaría el acceso al documento original.

lunes, 11 de julio de 2011

PASIÓN POR EDITAR

El mundo editorial, sometido a grandes tensiones, vive una gran paradoja interna: mientras ha descendido la venta de libros un 7% ha crecido un 5% el número de libros publicados.
Esto se explica, en parte, porque en los últimos años ha proliferado el número de pequeñas editoriales. Crear una empresa editorial en tiempos de crisis puede parecer un acto suicida, pero son proyectos viables que exigen una mínima inversión, gracias a que la tecnología ha abaratado mucho los costes.
Algunas han quedado por el camino, absorbidas por grandes grupos editoriales, o simplemente han cerrado sus puertas por no ser proyectos viables, pero otras muchas se han consolidado. Estas pequeñas editoriales aprovechan las líneas de edición que los grandes grupos editoriales han abandonado por no proporcionarles grandes beneficios o crean sus propios catálogos buscando la singularidad. En ambos casos no les mueve el interés económico, aman su trabajo y se conforman con beneficios más modestos.
Sus publicaciones están teniendo muy buena acogida entre el público, especialmente entre los jóvenes, que se acercan a la literatura a través de las redes sociales y establecen con el editor una relación muy cercana: proponen libros, los reseñan en sus blogs, indican las líneas a seguir, etc. Y son precisamente estas pequeñas editoriales las que editan libros de mayor calidad, quizá porque al editar menor cantidad se jueguen su prestigio en cada uno de los títulos.
Para comenzar su andadura en 2009, Ediciones Aldabia consiguió lo que algunas grandes editoriales no habían conseguido en años: publicar los “Diarios íntimos de Andy Warhol”.
Estos nuevos editores no esperan sentados en su despacho a que les llegue la oportunidad, salen a la búsqueda del escritor, y rastrean los libros en todos los ámbitos: cafeterías, parques, internet, etc.
Algunos consiguen ventas apenas superadas por grandes editoriales como Libros del Asteroide que en 2006 vendió 200.000 ejemplares de “El quinto en discordia” de Robertson Davies.
Para los autores que esperan una oportunidad, estas editoriales son una puerta abierta a la esperanza, como también lo es la impresión bajo demanda. Un sistema que permite a los autores publicar gratis on-line. Los libros se editan con todas las de la ley: corrección, maquetación, diseño, y una vez terminados se guarda en la plataforma de la editorial. Cuando aparece un comprador se imprime el libro y se envía.
Son varias las editoriales que utilizan este sistema: Bubok, Lulu.com, pasionporloslibros.es, etc.
Las tres citadas publican libros en español, el coste para el autor es cero euros y las ganancias pueden llegar hasta un 80% sobre el precio que el mismo fija.
Esta novedosa estrategia editorial es un nuevo modelo de producción que vienen a sumarse a las muchas estrategias de supervivencia emprendida por las editoriales en estos tiempos tan difíciles.