martes, 14 de enero de 2014

CIBERPLAGIO y HONESTIDAD

La transformación sustancial de la política universitaria hace que se tienda a hacer cada vez más visibles las investigaciones científicas e incluso los trabajos académicos realizados por los alumnos. Con la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior son varios los trabajos que un alumno universitario realiza a lo largo de sus estudios,  que culminan con el trabajo de fin de grado y, en algunos casos, el de máster. Son precisamente estos últimos a los que se les da visibilidad en los repositorios institucionales.
A la hora de elaborar estos trabajos, la mayoría de los alumnos utilizan las búsquedas en internet como la fuente principal de información. Esto que de por sí ya es un problema, por la restricción de los resultados y por el uso de una información a menudo no contrastada e incluso errónea,  se ve agravado con la incorporación de los resultados encontrados tal y como están, el famoso “corta y pega”, o con la descarga de los trabajos íntegros, cayendo en lo que se denomina plagio o “ciberplagio”, e incurriendo no solo en una falta ética sino también en un delito.
Plagiar según la Real Academia es “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Los medios legales que tienen los autores para luchar contra este tipo de prácticas que atentan contra sus derechos morales e intelectuales son: La ley de Propiedad Intelectual (Real Decreto legislativo 1/1996 de 12 de abril, modificado por la Ley 5/1998 de 12 de abril), la ley reguladora del Derecho de Rectificación (Ley Orgánica 2/1984 de 26 de marzo) e incluso el Código Penal, art. 270.1, (Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre).
Detectar el plagio no es una tarea fácil, pero desde las universidades se debe concienciar a los alumnos de lo deshonesto de esta práctica, que puede acarrearles sanciones y que supone un descrédito para ellos mismos y para la institución.
Cada universidad ofrecer a sus usuarios, a través de sus bibliotecas, numerosos recursos de información, que suponen un esfuerzo económico importante. Son las propias bibliotecas quienes ponen a disposición de los usuarios los medios para acceder a dichas fuentes, instruyen sobre el manejo de las mismas y sobre la selección de la información.
Por esta razón, el plagio va también contra las propias bibliotecas, ya que dinamita su papel. Esta situación ha llevado a que muchas bibliotecas se hayan unido al movimiento antiplagio, utilizando las páginas web para advertir sobre el uso ético de la información, indicar la manera de realizar citas bibliográficas y mostrar la legislación relativa a la protección de los derechos de autor.
Dos comisiones sectoriales de la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas) junto con REBIUN (Red de Bibliotecas Universitarias) han creado el portal CI2 (Competencias Informáticas e Informacionales) para la incorporación de estas competencias transversales en las universidades españolas, de manera que “los estudiantes adquieran los conocimientos necesarios para desenvolverse en la sociedad del conocimiento y sean capaces de utilizar las TIC adecuadamente para sí poder localizar, evaluar, utilizar y comunicar la información en cualquier ámbito de especialización”.
Dentro de este portal existen varios tutoriales entre los que queremos destacar el producido por la Universidad de Sidney, traducido y adaptado por la CRUE, REBIUN y TIC sobre “plagio y honestidad académica”, que os ofrecemos en el siguiente enlace: 

http://ci2.es/objetos-de-aprendizaje/tutorial-de-plagio

(Imagen tomada del blog: historias y fantasias)