jueves, 6 de marzo de 2014

Teresa Andrés, bibliotecaria en tiempos de guerra

Con motivo de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, queremos traer aquí la historia de Teresa Andrés, una de tantas luchadoras condenadas al olvido por su doble condición de derrotada y mujer.  Nacida en 1907 en un pueblo de Valladolid, de madre maestra y padre médico, tuvo formación universitaria con un expediente académico extraordinario. Su paso por la Residencia de Estudiantes, marcó su formación e inquietudes: llegó a dominar tres idiomas y  estuvo becada en Alemania en los años 30. En 1931 accede al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos obteniendo el primer puesto en las oposiciones.
Su militancia izquierdista la llevó a asumir altas responsabilidades durante la Guerra Civil siempre en el ámbito de la cultura: forma parte de la Comisión Gestora del Cuerpo Facultativo creada en 1936 y de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central (1937-38), pero por lo que va a ser conocida sobre todo es por ser la bibliotecaria que llevó adelante la Sección de Bibliotecas de Cultura Popular, cuya actividad, especialmente en los primeros meses de la contienda, fue ingente.
Cultura Popular había nacido en 1936 tras la victoria del Frente Popular como una federación de todas las asociaciones culturales que ya existían vinculadas al movimiento obrero. Su Sección de Bibliotecas tenía como misión coordinar todas las bibliotecas obreras y los servicios culturales de los partidos políticos y las organizaciones del Frente Popular.
El comienzo de la Guerra Civil propició que Cultura Popular y por ende Teresa Andrés adquirieran una gran relevancia: su actividad se centró a partir de entonces en el envío y organización de bibliotecas en los hospitales y en el frente. Se crearon las llamadas Biblotecas de Guerra, que estaban compuestas por las Bibliotecas de Hogares del Soldado, Bibliotecas de Hospitales y Bibliotecas de Batallones. Durante la contienda, la frenética actividad de Teresa Andrés tenía como objetivo fundamental hacer llegar libros a estos lugares, de hecho se calcula que se enviaron más de 150.000 fondos bibliográficos y publicaciones periódicas y que se crearon 931 bibliotecas. Se editaba también el llamado Boletín Cultura Popular que daba cuenta de las actividades que se llevaban a cabo. Al frente de las bibliotecas estaba el Comisario del Batallón o el Miliciano de la Cultura que recibía las fondos ya catalogados y clasificados. De esta manera, se podían enviar las bibliotecas totalmente organizadas, fijas y móviles, a los distintos frentes de batalla. El esfuerzo de Teresa Andrés tenía como principal objetivo el intento de crear una auténtica cultura popular en tiempos de guerra.
A principios de 1939, tras la caída del frente en Cataluña, se exilia en Francia (su padre y un hermano habían sido fusilados por los franquistas al principio de la guerra)  e intenta, sin éxito, trasladarse a Méjico con su familia. Tras la invasión nazi, participarán en un grupo comunista de la Resistencia Francesa hasta la liberación de París en 1944. A pesar de su temprana muerte en 1946 debido a una leucemia, todavía le daría tiempo a trabajar en el catálogo de los libros españoles de las bibliotecas de París en 1945 a las órdenes de Marcel Bataillon y a representar a España en el I Congreso de Mujeres Democráticas celebrado en París en ese año. Como tantas mujeres republicanas fue difamada y condenada al ostracismo por los vencedores de la Guerra. Sirva este pequeño texto de homenaje a todas ellas.