En el año 2004, Google Books llegó a un acuerdo con 29 bibliotecas mundiales privadas y universitarias para digitalizar sus fondos con el objetivo de crear una biblioteca digital mundial.
Este proyecto encontró muchas reticencias entre autores, editores y libreros, fundamentalmente en Europa.
El grupo editorial francés La Martinière, junto con otros editores y autores interponen, en el año 2006, una demanda a Google Books por vulneración de los derechos de autor. El pasado viernes, un juez francés les ha dado la razón y ha condenado a Google a pagar una multa de 300.000 euros.
También el presidente francés Nicolas Sarkozy se ha manifestado en contra de los planes de Google y ha anunciado su propio plan de digitalización de materiales de la cultura francesa: libros, documentos de archivo, películas, etc., al que ha destinado 750.000 millones de euros.
Estos dos hechos se han producido en un momento en el que está pendiente de firma un contrato entre la dirección de la Biblioteca Nacional de Francia y Google para digitalizar los fondos de la entidad.
Así las cosas, la sentencia condenatoria ha supuesto la suspensión temporal de dicho acuerdo, hasta que el Ministro de Cultura francés se reúna con sus homólogos europeos contrarios a la digitalización masiva que plantea Google, como es el caso alemán, y adopten una postura común.
En su guerra contra el comercio de libros, Google ha perdido una importante batalla que le obligará a replantearse su estrategia futura.
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