La profesión de bibliotecario ha cambiado sustancialmente en
los últimos años, sobre todo en la última década. A nuestras funciones
tradicionales se han añadido nuevas tareas, hasta el punto que casi nos hemos
visto obligados a aprender de nuevo
nuestra profesión.
Los avances tecnológicos han supuesto una transformación
radical en nuestras bibliotecas, pero deberíamos preguntarnos si las
transformaciones llevadas a cabo para adaptarnos a estos avances han logrado
satisfacer las necesidades de nuestros usuarios.
Steve Coffman, que ha sido pionero en los servicios de referencia
virtual en EE.UU y es actualmente Vicepresidente de Library
Support Services, LSSI, en
su artículo The Decline and Fall of the
Library Empire, enumera algunos de los proyectos bibliotecarios que
considera fallidos y a los que se han dedicado muchas horas de esfuerzo en los
últimos años.
Según su opinión el primer fracaso ha sido los Directorios Web. Los planes iniciales para
catalogar estos directorios, en algunos casos a través de proyectos de
colaboración, han quedado aparcados por la ingente cantidad de webs que se
crean diariamente, lo que hace inviable cualquier intento.
En segundo lugar enumera la Biblioteca 2.0. La finalidad
que se ha perseguido con la Biblioteca 2.0 es que los usuarios interactúen con
la misma, comentando y evaluando sus recursos. Según Coffman son pocas las
personas que dejan sus comentarios en la Web. Los usuarios interactúan a través
de las redes sociales como Faceebook o Twiter y también en otros lugares como Amazon donde
dejan sus comentarios sobre los libros que leen. Además nuestras bibliotecas son locales, atienden
a un pequeño porcentaje de gente en comparación con los millones de personas
que utilizan Amazon, y es aquí donde se produce una masa crítica y no en
nuestras webs.
Coffman, que fue pionero en Referencia Virtual, considera que este servicio bibliotecario ha sido una de
las grandes equivocaciones de las bibliotecas. Según su opinión, estos servicios son minoritarios y los
usuarios los sustituyen por grandes buscadores como Google.
La Intermediación en las Búsquedas es otro fracaso. Hubo una época en que solamente los bibliotecarios poseíamos las
habilidades para localizar la información. Ese tiempo ya ha pasado. Los
agregadores de información realizan el trabajo de una forma excelente.
Las Salas de Ordenadores,
opina, también pasarán pronto a mejor vida, ya que cada usuario tendrá sus
propios dispositivos con acceso a internet.
Por último habla de los Ebooks.
Cada vez se venderán y leerán más, y en la transformación que el libro
electrónico está produciendo en el mundo, las bibliotecas jugarán un papel
secundario. Coffman cree que los editores no quieren que las bibliotecas sean
parte de este negocio, no quieren que sus libros electrónicos se presten. Y se pregunta, ¿Cuál es el papel que les queda
a estas instituciones que deben negociar las licencias de uso de un producto
que no va a ser nunca de su propiedad? Además, los usuarios encontrarán libros
antiguos de forma gratuita, ¿para qué van a ir a buscarlos a la Biblioteca?
En resumen, cree que
nuestras expectativas han ido demasiado lejos. A pesar de que hemos jugado un
papel importante al comienzo de la revolución digital, ahora se halla en manos
de grandes grupos empresariales como es el caso de Google.
Y se pregunta, ¿qué podemos hacer las bibliotecas y los
bibliotecarios ante esta situación? Quizás en vez de perseguir el sueño
inalcanzable de la biblioteca electrónica, que se encuentra en manos de otros,
deberíamos volver nuestros ojos al libro en papel, a la biblioteca tradicional,
que nos hizo ser lo que somos. Es posible que sea esto es lo que nos defina en
el futuro.
Este artículo que os ofrecemos de forma abreviada puede
consultarse en:
http://www.infotoday.com/searcher/apr12/Coffman--The-Decline-and-Fall-of-the-Library-Empire.shtml
Imagen tomada de "La Voz del Bibliotecario"
Imagen tomada de "La Voz del Bibliotecario"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esta es la opinión de los internautas, no de la Biblioteca de Ciencias Jurídico-Sociales de la Universidad de Oviedo.
Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de lugar