lunes, 17 de septiembre de 2012

LA CRÍTICA LITERARIA, LOS CRÍTICOS E INTERNET

La función de la crítica literaria, su validez y su eficacia ha sido una cuestión que se ha debatido hasta la saciedad en los medios literarios. Si aceptamos que su razón de ser es mediar  entre la obra y el lector para ayudarle a una mejor comprensión y disfrute de la misma, estaríamos a la vez  legitimando su función y poniendo en tela de juicio la  ejercida por muchos críticos a lo largo de la historia. 
Hubo un tiempo en que la crítica literaria académica era demasiado especializada y empleaba un estilo incomprensible para la mayoría de los lectores, pero servía como instrumento para crear opinión e influir en el mercado. En los últimos años, la falta de rigor y compromiso de muchos  de estos críticos, más preocupados en complacer al autor o editor de turno, a la hora de valorar un libro, que en preservar su independencia, los ha conducido a  una pérdida de influencia notable. Los avances tecnológicos y la crisis económica han terminado por asestar un duro golpe a la crítica literaria tradicional, del que difícilmente logrará recuperarse.
Actualmente, la mayor parte de los libros más vendidos tienen escaso interés literario. El libro es fundamentalmente una mercancía, sujeto a la promoción comercial, por lo que a un editor le importa más una buena publicidad que una buena crítica. Como resultado de todo esto, han disminuido sensiblemente lo suplementos literarios de periódicos y las revistas especializadas. Es el caso de EE.UU que, en los últimos cinco años, ha perdido la casi totalidad de los suplementos literarios de los principales diarios. Las recomendaciones llegan ahora al lector a través de las redes sociales. Son los propios lectores los que han asumido el papel de jueces y  proliferan los lugares dedicados a reseñas y críticas literarias. Es tal la actividad registrada que a mayor velocidad que se cierran suplementos literarios se abren blogs, creándose así una densa maraña donde se encuentra de todo. Al lado de blogs excelentes existen una inmensa mayoría de escasa calidad y con comentarios pesimamente escritos.
Pero al contrario de lo que ocurre en la crítica tradicional donde el peso de la opinión recae en una sola persona, en un blog todos los lectores pueden opinar y cada uno de sus comentarios tiene idéntico valor. Esto ha llevado a algunos sectores a hablar de la “democratización de la crítica”, aunque más bien debería decirse democratización de la opinión, ya que la mayoría de los casos está muy alejada de lo que se entiende por crítica literaria.
En un momento de sobreinformación, la pérdida de influencia social y cultural  de la crítica literaria académica es una cuestión preocupante. Se hace más necesario que nunca poder disponer de una referencia que nos ayude a seleccionar aquellas obras de mayor calidad. Pero si la crítica quiere recobrar el prestigio perdido debe abandonar como único medio de comunicación el papel, que está perdiendo presencia poco a poco, y utilizar las redes sociales, ya que es en ellas es donde se promueve un debate abierto, algo fundamental para su supervivencia.
Un ejemplo de una nueva forma de crítica lo encontramos en “La Fiera Literaria”, un boletín electrónico que empezó publicándose en papel, anexo al diario La Razón, y que en enero de este año ha renunciado  a la edición impresa. En él trabajan un grupo de críticos pertenecientes al Centro de Documentación de la Novela Española, que ejercen una crítica que se ha dado en llamar “acompasada”. Se trata de una crítica libre, sin concesiones, provocadora, con ironía y humor desenfadado, que en ocasiones raya el escarnio. Su éxito es enorme.
Imagen: AndoconBlogueros.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esta es la opinión de los internautas, no de la Biblioteca de Ciencias Jurídico-Sociales de la Universidad de Oviedo.
Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de lugar