lunes, 23 de septiembre de 2013

UN NUEVO IMPULSO AL LIBRE ACESO (OAI)

El  movimiento open-access es una corriente que promueve al acceso de una manera  abierta  y gratuita a la literatura científica, eliminando todo tipo de barreras: económicas, legales y tecnológicas, para conseguir una mayor accesibilidad a los documentos y una mayor visibilidad para los autores.
Sus seguidores mantienen que los documentos que están disponibles libremente son más consultados y tienen más posibilidades de ser citados. Además, los conocimientos y avances científico-técnicos se distribuyen de manera más equitativa, devolviéndole a la sociedad los beneficios de las inversiones realizadas en investigaciones científicas.
La mayor parte de la investigación que se lleva a cabo en el mundo se realiza con fondos públicos. Sin embargo, el resultado de estas investigaciones lo publican empresas privadas que sólo permiten la difusión de la ciencia mediante el pago de costosas suscripciones.
El movimiento open-access cuestiona el monopolio que las grandes empresas editoriales ejercen sobre la distribución de la información científica.
La Declaración de Budapest (2003)  referida al open-access establece dos rutas para alcanzar este objetivo: la ruta dorada: la de publicación en revistas de libre acceso, y la ruta verde: que alude al archivo o depósito de recursos digitales en repositorios institucionales o temáticos.
En este último caso, puede hacerlo el propio autor, estaríamos hablando entonces de auto-archivo,  mientras que en el caso de los repositorios institucionales lo hace el personal responsable del repositorio (bibliotecarios en numerosos casos), se habla, entonces, de un depósito delegado.
La  publicación en revistas científicas de acceso abierto aumenta día a día. Sus defensores mantienen que el acceso abierto es compatible con los derechos de autor, la preservación de la investigación, la revisión por pares, el prestigio y desarrollo profesional de los autores, etc.
Sin embargo, hasta la fecha son pocas las universidades que publican sus investigaciones en abierto. Para los paridarios de esta opción, se acaba de dar un paso muy importante: la Universidad de California (EE.UU), una de las más prestigiosas del mundo, ha aprobado unas normas para que la investigación realizada en sus campus se publique en open-access. Esta universidad pagaba anualmente en suscripciones a literatura científica alrededor de 41 millones de dólares, una cantidad que ahora podrá destinar a otros usos.
También la Casa Blanca apoya  este movimiento y ha comprometido 100 millones de dólares para exigir que toda la investigación con fondos federales sea gratuita.
Dos pasos muy importantes a  favor del libre acceso.

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Esta es la opinión de los internautas, no de la Biblioteca de Ciencias Jurídico-Sociales de la Universidad de Oviedo.
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