Entre abril y junio de 1994 Ruanda se cubrió de cadáveres. Ocho cientos mil tutsis murieron en 100 días a manos de sus vecinos los hutus. Campesinos normales que en vez de cortar plátanos cortaron cabezas. ¿Por qué lo hicieron? Quizás fue el odio acumulado durante varias generaciones, la propaganda dirigida contra los tutsis, o bien porque se lo ordenaban sus superiores…. Las razones pueden ser varias.
Tras veinte años cubriendo diversas guerras Jean Hatzfed llegó a Ruanda para cubrir la huida de los hutus tras el genocidio. Contemplar ese infierno lo llevó a dejar el periodismo. En Una temporada de machetes, doce hutus condenados por esta matanza cuentan sin ocultar nada lo que hicieron. Su único sentimiento de culpa es no poder terminar la faena. No sienten el mal que han hecho a la humanidad.
El autor habla en esta obra de la “banalización del mal”, una tesis sostenida por primera vez por Hanna Arendt a raíz del juicio de Adolf Eichmann. Banalizar el mal significa no sentirlo, no sentir responsabilidad sobre las atrocidades cometidas. Hatzeld nos cuenta que estos asesinos no sufren pesadillas, mientras sí las sufren las victimas que han logrado sobrevivir.
Un libro duro, sin duda, que recibió en Francia el Premio Fémina, y que aparece entre las recomendaciones de nuestro boletín “Lecturas para el ocio” del mes de mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esta es la opinión de los internautas, no de la Biblioteca de Ciencias Jurídico-Sociales de la Universidad de Oviedo.
Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de lugar