Desde el 23 de diciembre, la gestión del (ISBN International Standard Book Number) ha pasado del Ministerio de Cultura a la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).
El acuerdo firmado 17 de junio entre el Ministerio de Cultura, la Federación de Gremios de Editores de España y el Departamento de Cultura y Medios de Comunicación de Cataluña, que tenía transferido este servicio, fue publicado en agosto en el BOE y se hizo efectivo el pasado 23 de diciembre.
El ISBN fue creado en 1966 por libreros británicos para dotar a cada libro de un código numérico que permitiese identificarlo sin dar lugar a error. En la actualidad son 170 los países que utilizan este sistema de control.
En España, el Decreto 2984/1972, de 2 de noviembre, estableció la obligación de dotar a cada libro o folleto de un ISBN. Contrariamente a lo ocurrido en el resto de Europa, el Gobierno se quedó con su gestión, no en vano vivíamos en una dictadura donde se controlaba todo lo publicado.
Hasta enero de 2007, el ISBN estuvo formado por 10 dígitos, a partir de esta fecha se le incorporaron otros tres. Estos últimos identifican a cada obra como producto editorial y permiten hacer compatible el ISBN con el EAN-13, el código de barras más utilizado en el mundo.
El ISBN que nació con un objetivo comercial pasa ahora en nuestro país a manos de quien debió gestionarlo desde un principio, sin despreciar por ello la magnífica labor llevada a cabo por la Agencia Española del ISBN. El cambio más importante que se va a producir es que ha dejado de ser un servicio gratuito para pasar a tener un precio aproximado de tres euros.
Otro hecho importante es que a partir de 2011 tendremos cifras reales del comercio del libro en España, ya que hasta la fecha la gratuidad del ISBN hacía que se solicitasen códigos para obras que no alcanzaban la categoría de folleto o libro, por lo que las diferencias entre las cifras dadas por la Agencia Española del ISBN y por la FGEE se saldaban siempre a favor de la Agencia.
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